Ahora ya no son dos personas las que deben llegar al refugio, son seis y una de ellas está impedida físicamente.
Nagore, Adriana y Tatiana elaboran un plan que les parece bueno si dedican el tiempo necesario a conseguir lo que necesitan, sin embargo, no todo sale como ellas planean, y eso, sumado a la llegada de varios forasteros al pueblo para ocupar las viviendas que todavía quedan en pie, y el empeoramiento inminente del tiempo, las obliga a improvisar y emprender la marcha antes de hora.
Sin un plan concreto debido a los acontecimientos, deciden ir a casa de Loli en busca de refugio mientras piensan una nueva estrategia, pero todo salta por los aires cuando el alcalde descubre que Nagore sigue viva, por lo que deberán huir de forma precipitada en medio de una tormenta eléctrica sin precedentes.